3 buenas razones para viajar
Tú lo sabes: viajar es una de las actividades más apasionantes que hay.
La inspiración que nos regalan los viajes es única y este es un recuento de 3 razones por las que viajar es una fuente de inspiración.
1. El mundo es muy grande
Al viajar nos damos cuenta de nuestra pequeñez.
A pesar de que las nuevas tecnologías de la comunicación e información nos han dado la ilusión de que el mundo es un lugar pequeño, la verdad es que sigue siendo un lugar inabarcable por la pequeñez de nuestro cuerpo. Tu pensamiento se ha adaptado a poder contener la idea de “mundo”, sin embargo la medida de nuestros pasos no ha cambiado desde hace cientos de miles de años.
Cuando viajamos, nos sabemos lejanos de nuestro hogar y nos damos cuenta de que el mundo es un lugar increíblemente vasto, no sólo en espacio y superficie, sino en formas de expresión y ser.
Y es exactamente esta grandeza lo que nos inspira.
No nos hace sentir pequeños, sino que nos libera y nos hace sentir parte de ella.
2. Nosotros somos muy pequeños
Descubres tu pequeñez al compartir y relacionarte con los demás.
De una u otra forma, te das cuenta de que por muy enserio que te tomes a ti mismo y por muy importante o especial que creas ser, no eres más que una minúscula parte de la humanidad. Viajar es la mejor forma para conocer gente que ni si quiera imaginabas que existía en este planeta, ampliando radicalmente tus relaciones y tu manera de pensar sobre los demás.
Al darte la oportunidad de conocer a personas diferentes a ti, tu mente se revoluciona, se emociona y te impulsa a dar lo mejor de ti mismo para generar experiencias significativas con las personas que están formando parte de tu aventura.
En el mejor de los casos, tu pequeñez puede inspirarte a dejar huella en tu paso por el mundo, de forma humilde o grandiosa.
3. Eres la mejor y la peor versión de ti mismo.
Durante un viaje suceden miles de eventos inesperados.
Y en parte viajamos precisamente porque sabemos que hasta en el itinerario más minucioso, todo puede pasar. Sorpresas y frustraciones. Momentos de luz y oscuridad.
Cuando te encuentras con tu mejor versión, te sorprendes a ti mismo; te gusta y desearías poder ser por más tiempo esa persona sensible, brillante e inspirada. Sucede en los instantes mágicos en los que somos conscientes del momento, del aquí y el ahora.
La otra versión (la peor) nos molesta y no quisiéramos tener que verla de nuevo. Viajando sobran oportunidades para que aparezca esta parte de nosotros: nos podemos encontrar con gente desagradable, situaciones desesperantes y eventos increíblemente frustrantes.
Viajar nos confrontan con nuestra propia historia y prejuicios, haciendo presente de dónde venimos y quiénes somos.
En cada una de estas situaciones, aflora la mejor o la peor versión de ti mismo. Ambas nos inspiran: una nos invita a vivir de esa forma plena, libre y la otra, a superarnos a nosotros mismos.
Si quieres vivir inspirado, viaja.
Ahora.
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