Cámara en mano: Real del Monte
Una de las mayores satisfacciones de un fotógrafo dedicado a viajar con grupos, es capturar la alegría y el gozo que experimentan los viajeros. Y Real del Monte es un destino que en un día -y con sólo dos paradas-, cubre todas las expectativas de quien lo visita con nosotros y me permite lograr increíbles tomas.
El trayecto hacia el estado de Hidalgo es realmente corto y amable. En un pestañear ya estas en un clásico pueblo mágico de montaña con un ambiente templado y neblinoso, rodeado de casitas de teja a dos aguas, perfectamente bien pintado, muy limpio y donde sus habitantes te hacen sentir como local.
La diversión comienza con el reto de descubrir la historia que le da sustento a este lugar, el porqué de su verdadero nombre: “Mineral del Monte” y las tradiciones que aun sobreviven en el. Y muchas de las mejores fotos siempre son el resultado de nuestra actividad, un divertido rally en el que pista tras pista, nos esperan carcajadas, personajes históricos, improvisaciones, tradición oral y gran deleite del paladar.
Pero eso no es todo, pues el pueblo cuenta con diversas atracciones e increíbles paisajes, así que la decisión de qué visitar siempre es un tanto difícil.
La primera opción es la Mina de Acosta, un importante lugar de tradición que nos cuenta la historia de la minería en el estado y para mí, representa un gran reto fotográfico, pues el acceso a un socavón de alrededor de 500 mts de longitud, reduce las condiciones de luz y visibilidad (incluso para la cámara), pero crea un escenario único para tomas con y sin flash que tienen muy buenos resultados en esta sorprendente y misteriosa experiencia de poder estar bajo la tierra conociendo la difícil labor de un minero.
La segunda opción es un escenario natural increíble que data de hace millones de años: los Prismas Basálticos y sus cascadas. Estar parado frente a la brisa de estas gigantes columnas geométricas de lava y comprender sus proceso de formación, nos hace sentir maravillados ante la perfección y la belleza de la naturaleza. Lograr captar este sentimiento de satisfacción y sorpresa convierte a este en el lugar perfecto para cualquier fotografía.
¿Y tu qué preferirías…Adentrarte en un profundo socavón bajo la tierra o sentir la brisa fresca que baña las inmensas y milenarias columnas de basalto?
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