Vivencia y conocimiento: Educación más allá de la enseñanza...
“No seamos sólo de los que tenemos una profesión,
seamos de los que tienen una vida”
-Edgar Morin.
En el siglo XXI, cuando hablamos de educación nos sumergimos instantáneamente en un sinfín de posturas, modelos, sistemas y metodologías que definen formas específicas para la práctica humana de aprender a ser y a hacer. Sin embargo, todas estas ideas parecen reducirse a un concepto aislado: enseñanza.
Por supuesto, la idea de educación implica más que eso. No sólo en su construcción como concepto, sino en la vida práctica, en la vida de la experiencia y de la asimilación del tiempo; la vida de interrelación con la existencia, con múltiples realidades, con otros.
Rastrear los orígenes del concepto “educación”, nos conduce inevitablemente al término paideia. Para los griegos, el hombre no lograba realizarse como tal, sino a través de un conocimiento profundo de sí mismo y de todo lo que constituyera su mundo. Esto implicaba el conocimiento de verdades como la filosofía, la poesía o la elocuencia, pero también el entendimiento de la vida en sociedad. Para ellos, la relación entre formación y comunidad -que nos remite a la vida en la polis- fue primordial.
Paideia, no sólo englobaría conocimiento, formación y entendimiento sino también cultura. Esta idea fue retomada posteriormente por los romanos como humanitas. Dirijamos nuestra mirada hacia la Alemania del siglo XIX, donde el concepto clave aportado por el pensamiento filosófico de Friederich Hegel, resalta como educación el “despertar del espíritu ante el conocimiento de su poder creador”. ¿Qué importancia le concedemos hoy por hoy al conocimiento de nuestro poder creador?
El eco de la paideia pervive actualmente -aunque la mayor parte del tiempo no seamos conscientes de ello-, mientras que considerar el desarrollo del espíritu como fundamento en la formación de un ser humano, resulta una idea casi extinta en la práctica, pues justo en ese campo se considera que el conocimiento consiste en la transmisión de técnicas que el individuo deberá perfeccionar para encajar en un mundo de capital y globalización. El sentido de comunidad y espacio abierto a la experiencia se pierde, y con ello la posibilidad de diluir fronteras en una búsqueda genuina por la libertad.
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